VÍAS DE ADMINISTRACIÓN
Asimismo algunas de estas vías se usan también para rehidratación y soporte nutricional de pacientes.
Vía parenteral:
Aun cuando su significado primigenio no sea ese, hoy en día se considera la vía parenteral como aquella que introduce el fármaco en el organismo gracias a la ruptura de la barrera mediante un mecanismo que habitualmente es una aguja hueca en su interior llamada aguja de uso parenteral. Dentro de las principales vías de administración parenteral se encuentran la intravenosa, intraarterial, intramuscular y subcutánea, existiendo varias otras. La vía de administración parenteral tiene la ventaja fundamental de que aporta el fármaco de forma directa o casi directa a la circulación sistémica, salvo en algunas formas especiales que presenta casi características de la vía tópica. Además permite el tratamiento en pacientes que no pueden o no deben utilizar la vía oral (inconscientes, disenterías, etc.).
La vía parenteral
presenta varios inconvenientes:
Precisa de instrumental para su realización, que debe de estar adecuadamente esterilizado.
En la mayoría de los casos precisa de otra persona para su uso, en ocasiones altamente calificada.
Favorece la infección local y, si no se guardan las precauciones adecuadas, el contagio entre pacientes.
En caso de reacción adversa al fármaco la intensidad de la misma suele ser mayor, y el tiempo de reacción se ve acortado frente a la vía oral.